La sorpresa
"¡Te veo, Cristina!" se rió Ángel.
Era un día maravilloso; el sol brillaba y el viento soplaba suavemente. Durante tardes como esta, me encantaba jugar con mi hermano y mi hermana. Estaba escondida en los arbustos en frente de mi casa cuando él me encontró. No me di cuenta que mi vestido rojo me delataba detrás del verde de los arbustos.
De repente, mi hermana mayor Lucía salió de la casa.
"¡Cristina, Ángel! Mamá y papá quieren hablar con nosotros. Por favor, no traigan mugre a la casa," dijo Lucia. Entonces, me sacudí el polvo de mi falda y dejé mis botas y las botas de Ángel afuera.
Mi padre estaba sentado en su silla, sonriéndonos. Su expresión era calida y consoladora, como un abrazo. A su lado, mi madre estaba de pie. Ahora, su aspecto estaba más serio como el de mi padre, pero era claro que estaba pensando. De lo qué, no podía saber.
Mi padre empezó diciendo: "Niños, tenemos algo que decirles. Yo sé que será difícil-"
"Pero no se asusten, es para algo mejor," interrumpió mi madre.
"Si, por supuesto es para algo mejor. He tenido dificultad en mantener a mi familia con el dinero que gano aquí en Valencia. No puedo ganar tanto porque solamente soy un pescador. Sin embargo, he oído sobre más oportunidades en otro país." continuaba mi padre.
"¿Cuál país? ¿Francia, Inglaterra? ¿Portugal?" preguntó Ángel.
"¡No, Ángel! Nos mudáramos a un país que se llama Argentina. Hay muchas oportunidades de trabajo y su madre podrá tener un empleo también. Podremos tener una vida muy feliz allí." explicaba mi padre.
"¡Pero estoy feliz aquí! En España tengo amigos. Puedo jugar porque conozco la tierra. Me encanta España. ¡No quiero irse de aquí nunca!", declaré.
"Sabemos que España es tu hogar y el de nuestra familia. Pero a veces tiene que ir a un nuevo lugar para tener nuevas experiencias y para conocer nuevas personas. Vamos a hacer un hogar en Argentina, ¡vas a ver!" nos prometió mi madre.
Mis hermanos estaban más entusiasmados que yo. Pensaban que sería una aventura. Por otro lado, yo tenía miedo. Estaba confortable en España y Argentina representaba el desconocido. Desafortunadamente, tuve que aceptarlo.
Algunos meses luego, mi familia empacó todo lo que era necesario y llegamos al puerto de Valencia. Con la muñeca qué me regaló mi abuela en mis manos, dé mi última miraba de mi querida España. Así, juntos abordamos un gran buque de vapor. El viaje fue arduo y largo; mis hermanos y yo nos aburrimos mucho. Siempre mis padres nos recordaban que todo sería mejor en Argentina.
Un día, me levanté de momento al escuchan de un ruido alto en la cubierta. Me asusté, pero mi padre me puso su mano en mi rodilla y me dijo "Bienvenida al Buenos Aires, mi amor."
"¿Buenos Aires? ¡No entiendo!… Dónde estamos?" me pregunté.
"Estamos en Buenos Aires, el capital de su nuevo hogar. Ahora empieza nuestra nueva vida. Estoy emocionado." dijo mi padre.
"¡Buenos Aires, Buenos Aires! ¡Estoy emocionado también, Papá!" exclamó Ángel.
"Y yo también, señor. Pienso que estaremos muy felices aquí. Gracias… ¡No puedo esperar de ver nuestro hogar!" añadió Lucía.
No podría creer lo que decía Lucía. España era nuestro hogar, para siempre. No quería dejar el barco, pero otra vez, juntos llegamos al puerto. El sol brillante y el viento suave tocaron mi cara una vez más. Mis tíos nos salieron a saludar y entonces nos dejerbarcamos para empezar nuestra nueva vida.
Al siguiente año, nos establecíamos. Mi padre comenzó a trabajar en su propia tienda de comida y mi madre lo hizo como una sirvienta. No éramos ricos, pero viviamos confortablemente. Cuando viví en España, tuve miedo que nunca podría ser feliz en Argentina, pero estaba equivocada.
Argentina es un país hermoso. Hay montañas y llanos, ciudades y viñedos. Siempre hay un lugar nuevo para explorar. El aire huele suntuoso, con comida rica y flores bonitas. Lo que me encantó del país—y sorprendió—fue la gente. Empecé a asistir a la escuela con Lucia y Ángel, donde conocí muchos estudiantes interesantes. Hay niños españoles, pero también hay niños alemanes, italianos y francés. ¡Hay personas en Argentina de cada país del mundo! La gente habla muchos idiomas diferentes y tiene culturas diversas, pero todos son amigables y juntos somos argentinos. En mi corazón siempre seré española, pero ahora también soy argentina.